El tema dos trata sobre las teorías del aprendizaje y su implicación en el currículum actual. En primer lugar se nos presenta una definición de aprendizaje. A continuación se exponen las concepciones conductistas, donde están incluidos los principios básicos del condicionamiento, del condicionamiento clásico, operante, procedimientos para controlar y modificar la conducta y el aprendizaje social o vicario. En tercer lugar, encontramos los modelos cognitivos (Piaget, Vygotski, Ausubel y Bruner). En cuarto lugar aparecen las teorías del procesamiento de la información. El tema concluye con el constructivismo.
De las concepciones conductistas trabajadas, el condicionamiento clásico ha sido la que he asimilado con más facilidad, y por consiguiente con la que menos dificultad he tenido a la hora de poner un ejemplo práctico. Todas estas concepciones eran conocidas por mí con anterioridad, pero lo cierto es que con el paso del tiempo viene bien refrescar los conceptos aprendidos.
En cuanto a las técnicas que se derivan de esta orientación psicológica (exposición en vivo, exposición a la imaginación y desensibilización sistemática) he de mencionar que esta última la tengo del todo generalizada. La realización del trabajo en el que tuvimos que poner un ejemplo aplicado a un niño en la escuela infantil, hizo que interiorizara a la perfección en qué consistía la técnica. He de reconocer que ha sido el trabajo del presente tema, con el que más he disfrutado y por consiguiente, aprendido. Cuando un tema te llama la atención por cualquier motivo, parece que las palabras salen solas y no te encuentras con ningún tipo de obstáculo para llegar a conseguir tu objetivo. Pienso que esto es lo que debería suceder en las escuelas, que los niños realizaran las tareas por el gusto de aprender, que no las vean como una obligación sino que gocen de todos y cada uno de los aprendizajes que se les presentan. De ahí considero la importancia de partir de sus necesidades e intereses, y de lo fundamental de la motivación. En esta parte que estaba incluida en el trabajo del conductismo, he vivido en primera persona como cuando algo realmente te interesa, el llevarlo a cabo no te supone ningún tipo de esfuerzo, mientras que cuando sucede lo contrario y lo concibes como una obligación, puede llegar a convertirse en un calvario.
En lo que concierne a los procedimientos para controlar y modificar la conducta, considero fundamental las fases previas (evaluación, intervención y seguimiento) ya que muchas veces se abusa de las técnicas cuando en realidad no se haría necesaria su aplicación, si estas se hubieran analizado con anterioridad.
Por un lado, hay unas técnicas que en mi opinión son más adecuadas que otras, pero eso es una cuestión personal del maestro que decida o no aplicarlas. No voy a explicar cada una de ellas de manera individualizada, pero sí que haré un comentario general sobre las mismas. Considero que estas técnicas crean dependencia. He vivido en primera persona como hay educadores que las utilizan a diario, abusan de ellas y las aplican de una manera totalmente diferente a como deberían. Por citar un ejemplo, he presenciado como una educadora aplicaba la técnica del tiempo fuera. El tiempo máximo recomendado para los niños más pequeños es de cinco minutos, en este caso, la educadora sobrepasaba con creces ese límite establecido. Además, la aplicaba día tras día, sin explicar al niño en cuestión el motivo de su exclusión temporal de la actividad que se estaba realizando. Algunas veces se aplicaba a dos o tres niños a la vez, los que estuvieran hablando en ese momento o interrumpiendo la actividad que se estaba realizando, y lo cierto es que muchas veces no les interesaba o estaba mal organizada y por ese motivo se distraían. Observamos de esta forma como se pierde la efectividad, y así con el resto de técnicas. En un principio no están mal planteadas, pero la manera en que se aplican es lo que hace que sean inútiles y en muchos casos que se conviertan en contraproducentes. Considero que se han de aplicar en situaciones muy puntuales y no funcionando con ellas. Tienen que cumplirse las condiciones necesarias para que la técnica sea efectiva y tenerlas siempre muy presentes, nunca improvisar.
En el aprendizaje social o vicario encontramos el siguiente principio: si las consecuencias de la conducta del alumno son recompensantes influirán en la repetición de esta conducta en el futuro, mientras que si son experimentadas como desagradables la conducta tendrá menos probabilidad de volverse a repetir. En este apartado del tema me ha llamado especialmente la atención la lectura titulada “El niño y la ciencia”. Comparto las ideas expuestas en la misma ya que considero que a los niños no hay que darles respuestas, sino dejar que lleguen a su propio aprendizaje. Para ello, y tal y como he mencionado con anterioridad, será fundamental partir de sus conocimientos previos y aprovechar sus curiosidades. Hay muchos momentos en los que al realizar lecturas como esta, siento cierto grado de frustración, ya que pienso en la cantidad de conocimientos, habilidades y aprendizajes que podía haber adquirido a lo largo de toda mi escolarización si la metodología empleada hubiera sido otra… por ello me esfuerzo en comprender y reflexionar todas y cada una de las lecturas que se nos ofrecen, ya que considero que los maestros tienen una gran responsabilidad y más en los primeros años de vida de los niños. Pienso que debe primar la cantidad a la calidad, que los aprendizajes han de ser lentos, la educación lenta en la que lo importante no es acabar un temario, sino la reflexión y el aprendizaje de todos y cada uno de los conocimientos que se presentan. En la actualidad se aprende todo de nada, y el papel del profesor es fundamental para que esto no suceda, ofreciendo ayudas puntuales y teniendo en cuenta los pequeños pero necesarios desequilibrios de los niños.
Los modelos cognitivos conciben al niño como el protagonista de su aprendizaje y nos hablan de un proceso de investigación-acción continuo por parte del maestro.
A continuación analizaré el modelo de Piaget. Este se centró en la génesis de la inteligencia, y nos habla de una serie de funciones básicas: organización, adaptación, asimilación, acomodación y equilibración entre estas dos últimas. Hay ocasiones en las que los maestros transmiten a los niños conocimientos erróneos o que ni ellos mismos entienden. Estos se clavan en ellos como conocimientos muy consolidados y cuando un maestro diferente se los vuelve a explicar de manera adecuada, no logran modificar lo que habían aprendido con anterioridad. De ahí la importancia de que los maestros no tenemos que dar las cosas por sabidas cuando en realidad no sabemos nada, ser humildes y si no sabemos algún concepto que se está trabajando no dar una respuesta equivocada, sino saber asumir que desconocemos el tema en cuestión y formarnos al respecto. En determinados momentos, los maestros parece que tienen miedo de reconocer que no saben algo y tienen la necesidad de dar respuesta a todo. Esto es lo que se ha de evitar para que de esta forma, los niños no se creen unos esquemas cerrados que impidan asimilar los conceptos de una forma adecuada. Nunca se deja de aprender y esto es una creencia que debería ser compartida y aceptada por todo el profesorado. Piaget nos habla además del egocentrismo, es decir, de la dificultad que tienen los niños de ponerse en la perspectiva del otro. Lo que tenemos que hacer como docentes es ayudarles a que poco a poco vayan saliendo de este egocentrismo. En mi opinión, una buena estrategia es trabajando las habilidades sociales, teniendo en cuenta la edad de los niños y adecuando las actividades y contenidos de las mismas a esta. No es una tarea fácil pero se tiene que tener en cuenta para un adecuado desarrollo del niño.