lunes, 28 de enero de 2013

Tema 4

El último tema de la asignatura hace referencia a los factores interpersonales del proceso de enseñanza-aprendizaje. Dentro de este, encontramos las interacciones maestro-alumno, las características del maestro y el rendimiento escolar, la interacción alumno-alumno, la práctica educativa familiar y finalmente, la disciplina en el aula.
Lo cierto es que a lo largo de la realización del mismo, no he dejado de recordar en ningún momento lo que ha sido mi escolarización a lo largo de toda la etapa de enseñanza obligatoria. Me ha servido de mucha utilidad el poder comparar lo que se exponía en el mismo con lo que yo he vivido, ya que aunque muchas veces me invadan las dudas sobre cómo llevaré a cabo mi práctica docente, lo que si tengo muy claro es lo que no voy a hacer. 

En primer lugar, hablaré sobre la interacción profesor- alumno. Considero que es fundamental que los niños tengan curiosidad por aprender, se mantenga su interés a lo largo de la realización de una actividad… y para ello es fundamental presentarles el valor de lo que se realiza. A lo largo de mi etapa como estudiante he vivido la desmotivación que suponía el hecho de no encontrarle sentido a nada de lo que estaba haciendo, cosa que hacía que los aprendizajes que iba adquiriendo a base de la mera memorización de contenidos fueran muy poco significativos y motivadores.  También es muy importante que los alumnos perciban que el maestro les escucha, se preocupa por ellos, evita comparaciones… en las escuelas tradicionales, la formulación de actividades se plantea de tal forma, que genera un clima de competencia y rivalidad en el aula. Además, se premia a los niños que no “perturban” el ritmo de la clase con sus intervenciones y se dedican única y exclusivamente a obedecer.
Por otro lado, es fundamental fomentar la autonomía, con prácticas basadas en la estimulación de la argumentación. Siempre se habla de la importancia de las estrategias inductivas, ya que los niños tienen que saber con anterioridad las consecuencias previas que puede tener una determinada conducta. Estoy a favor de los castigos por reciprocidad, ya que en mi opinión se ha de ser coherente cuando se le impone un castigo a un niño, y este tiene que tener relación con la falta cometida. Con la realización de las prácticas pude comprobar cómo cuando un niño adopta una conducta disruptiva, y la maestra reacciona aplicando una sanción que no tiene nada que ver con la conducta realizada, el niño no comprende el motivo de su castigo, por lo que las probabilidades de que desaparezca la conducta en un futuro son prácticamente nulas.          Llama la atención el hecho de que algunos profesores intenten ser modelos de valores que ni ellos mismos poseen. He presenciado situaciones en las que una maestra se dirigía en tono muy elevado a un grupo de niños con la siguiente afirmación: ¡no se chilla! Es fundamental que no se produzcan incoherencias ya que estas desestabilizan mucho a los niños y les crean desequilibrios emocionales. Me parece un buen recurso para que los niños se identifiquen con buenos modelos el uso de cuentos que transmitan valores como la amistad, la bondad, el respeto…

En segundo lugar, la interacción alumno-alumno tiene un papel muy importante en cuanto al grado de motivación que experimentan los alumnos se refiere. Es fundamental que, tal y como he mencionado con anterioridad, evitar cualquier tipo de interacción competitiva. Creo firmemente que el mejor trabajo es el que se lleva a cabo en grupo y pequeño grupo, fomentando así el trabajo cooperativo. Además, se trabajan implícitamente habilidades como la comunicación, la organización… Es cierto que hay algunas actividades que son necesarias realizarlas de manera individual, como por ejemplo, escribir. Sin embargo, la organización por grupos de trabajo cooperativo es muy motivadora para los niños.

En tercer lugar nos encontramos con la práctica educativa familiar. El tipo de estructura familiar más extendida en la actualidad, es la nuclear, formada por la pareja y los hijos no adultos. La familia tiene una serie de funciones entre las que se encuentran ofrecer cuidad y protección a los niños, contribuir a la socialización, dar soporte en la evolución de sus hijos, ayudar para que sean personas emocionalmente equilibradas… cabe destacar la importancia de los primeros años de vida de las personas ya que muchas veces no se les otorga el valor que tienen.
Cuando los padres exigen el control sobre la conducta de sus hijos combinando firmeza y razonamiento, ayudan más a hacer que el hijo adopte un autocontrol adecuado. Los padres tienen que mantener unas normas claras y explícitas y poder poner límites, fundamentándose en una disciplina basada en las explicaciones, la aprobación y la desaprobación.
En cuanto a las prácticas educativas, me posiciono a favor del estilo denominado democrático, ya que se combina un ambiente comunicativo y afectuoso. Favorecen la autoestima de los hijos y contribuyen a la autorregulación responsable.

Finalmente, en lo que a disciplina en el aula se refiere, he comprendido la importancia de considerar que el establecimiento de normas y su cumplimiento son fundamentales para que se pueda producir un aprendizaje y un clima de convivencia adecuada. Es básico que se creen unas relaciones que garanticen el respeto a los demás y una convivencia armoniosa en el aula. Para ello, es necesaria la disciplina porque sin ella no se puede convivir. Me ha cambiado mucho la percepción en lo que concierne al concepto de disciplina, ya que antes la consideraba como algo meramente autoritario.  He vivido una disciplina basada en las amenazas y en los castigos, y es por ello que se hace realmente difícil cambiar la idea que tengo sobre el concepto. Sin embargo, con la realización de las lecturas, he comprendido que la disciplina ha de basarse en la participación, en la argumentación y en la reflexión y que para ello hay que armarse de paciencia.

domingo, 6 de enero de 2013

Tema 3

El tema tres nos habla de los factores psicológicos implicados en el aprendizaje. En primer lugar encontramos los procesos cognitivos (atención, memoria e inteligencia). En segundo lugar los afectivos (personalidad, motivación). Finalmente las habilidades y estrategias de aprendizaje (metacognición).
En lo que concierne a los procesos cognitivos y en particular a la atención, cabe mencionar que hay momentos en los que las cosas nos la llaman y otros no. Es tarea del profesor, como he dicho en anteriores reflexiones, partir de los intereses de los niños ya que de esta forma es como se lograrán aprendizajes significativos.  Es fundamental que los niños se sientan motivados y aquí es donde el maestro juega un papel decisivo. Se debe tener presente en todo momento que sin intereses, es muy difícil trabajar la atención. Hay una serie de condiciones que se tienen que tener en cuenta para mejorar la atención. Será un requisito prioritario que los espacios de trabajo estén acondicionados, es decir, estos han de ser motivadores y agradables.  
En los procesos afectivos encontramos dos estilos. Por un lado, el estilo cognitivo reflexivo y por otro, el impulsivo. Con la lectura de las características de cada uno de ellos, he llegado a la conclusión que en los centros se producen grandes contradicciones por parte de los maestros. A la mayoría de los profesores les gusta más el estilo reflexivo, pero lo cierto es que las actividades que proponen son del estilo cognitivo. Un claro ejemplo de ello,  es el trabajo a través de fichas. Parece que en la actualidad se está intentando cambiar este tipo de metodología, pero hasta hace relativamente poco tiempo, se premiaba la rapidez en la finalización de las tareas sin tener en cuenta el proceso de reflexión necesario para un adecuado aprendizaje. Lo que se debería hacer es valorar el proceso y no el resultado, ya que tal y como aparece en el libro “Elogio a la educación lenta”, la aceleración tampoco produce más rapidez y, a su vez, se transforma en superficialidad. Si lo que se pretende es obtener resultados a medio y largo plazo, es decir, procesos educativos bien consolidados, quizá no haya que insistir tanto en programas apretados ni en propuestas hechas antes de tiempo. Con ello no quiero decir que el estilo cognitivo reflexivo sea el único válido, sino más bien que han de trabajarse los dos.  
Finalmente hablaré sobre la inteligencia. En la lectura “De qué inteligencias hablamos” quedan reflejadas y explicadas de manera muy clara todas y cada una de las inteligencias existentes. Me llama mucho la atención la gran variedad de inteligencias que hay y el desconocimiento que hay al respecto de las mismas. Se habla de la inteligencia como algo muy simple cuando en realidad abarca muchísimas capacidades, y lo cierto es que muchas de ellas no son valoradas. En la escuela tradicional, se simplifica todo de tal forma que los aprendizajes se quedan en la más absoluta superficialidad. No se profundiza en nada y lo único que se valora es el aprobado o suspenso de un examen. Al trabajar contenidos exclusivamente memorísticos, se están dejando de lado muchísimas capacidades tan importantes como el aprendizaje de la lengua o de las matemáticas. Por ejemplo, a las inteligencias corporal-cinestésica y naturalista, no se les otorga ningún tipo de importancia, cuando tendrían que estar incluidas en el currículum y se tendrían que trabajar desde muy temprana edad, y así con el resto de inteligencias. En la lectura de “Inteligencias múltiples” queda reflejado que sí es posible incorporarlas al Proyecto Educativo del Centro, pero para ello es imprescindible un equipo comprometido y entusiasmado en la causa.
Considero fundamental que se trabajen las emociones dentro del aula, que se consiga un clima emocional que favorezca la convivencia y el aprendizaje de cada uno de los niños. Por ello, es muy importante que los maestros tengan especial cuidado con la manera de dirigirse a sus alumnos, así como con el lenguaje no verbal, ya que los niños son muy observadores. Tenemos que ayudarles a relacionarse y fomentar el diálogo, con actividades como la asamblea diaria. Otra buena estrategia es el trabajo de las habilidades sociales, enseñarles técnicas de autocontrol, regulación emocional, relajaciones… de esta forma se irá consiguiendo un clima de seguridad emocional, en el que todos y cada uno de los niños tenga cabida, y se sientan respetados y escuchados. Si se aplica una adecuada educación emocional, el clima y las relaciones inter e intrapersonales mejorará, los niños se sentirán motivados, se estará impulsando el aprendizaje colaborativo y la participación y la confianza se verá fortalecida.

Tema 2

El tema dos trata sobre las teorías del aprendizaje y su implicación en el currículum actual. En primer lugar se nos presenta una definición de aprendizaje. A continuación se exponen las concepciones conductistas, donde están incluidos los principios básicos del condicionamiento, del condicionamiento clásico, operante, procedimientos para controlar y modificar la conducta y el aprendizaje social o vicario. En tercer lugar, encontramos los modelos cognitivos (Piaget, Vygotski, Ausubel y Bruner). En cuarto lugar aparecen las teorías del procesamiento de la información. El tema concluye con el constructivismo.
De las concepciones conductistas trabajadas, el condicionamiento clásico ha sido la que he asimilado con más facilidad, y por consiguiente con la que menos dificultad he tenido a la hora de poner un ejemplo práctico. Todas estas concepciones eran conocidas por mí con anterioridad, pero lo cierto es que con el paso del tiempo viene bien refrescar los conceptos aprendidos.
En cuanto a las técnicas que se derivan de esta orientación psicológica (exposición en vivo, exposición a la imaginación y desensibilización sistemática) he de mencionar que esta última la tengo del todo generalizada. La realización del trabajo en el que tuvimos que poner un ejemplo aplicado a un niño en la escuela infantil, hizo que interiorizara a la perfección en qué consistía la técnica. He de reconocer que ha sido el trabajo del presente tema, con el que más he disfrutado y por consiguiente, aprendido. Cuando un tema te llama la atención por cualquier motivo, parece que las palabras salen solas y no te encuentras con ningún tipo de obstáculo para llegar a conseguir tu objetivo. Pienso que esto es lo que debería suceder en las escuelas, que los niños realizaran las tareas por el gusto de aprender, que no las vean como una obligación sino que gocen de todos y cada uno de los aprendizajes que se les presentan. De ahí considero la importancia de partir de sus necesidades e intereses, y de lo fundamental de la motivación. En esta parte que estaba incluida en el trabajo del conductismo, he vivido en primera persona como cuando algo realmente te interesa, el llevarlo a cabo no te supone ningún tipo de esfuerzo, mientras que cuando sucede lo contrario y lo concibes como una obligación, puede llegar a convertirse en un calvario.

En lo que concierne a los procedimientos para controlar y modificar la conducta, considero fundamental las fases previas (evaluación, intervención y seguimiento) ya que muchas veces se abusa de las técnicas cuando en realidad no se haría necesaria su aplicación, si estas se hubieran analizado con anterioridad.
Por un lado, hay unas técnicas que en mi opinión son más adecuadas que otras, pero eso es una cuestión personal del maestro que decida o no aplicarlas. No voy a explicar cada una de ellas de manera individualizada, pero sí que haré un comentario general sobre las mismas. Considero que estas técnicas crean dependencia. He vivido en primera persona como hay educadores  que las utilizan a diario, abusan de ellas y las aplican de una manera totalmente diferente a como deberían. Por citar un ejemplo, he presenciado como una educadora aplicaba la técnica del tiempo fuera. El tiempo máximo recomendado para los niños más pequeños es de cinco minutos, en este caso, la educadora sobrepasaba con creces ese límite establecido. Además, la aplicaba día tras día, sin explicar al niño en cuestión el motivo de su exclusión temporal de la actividad que se estaba realizando. Algunas veces se aplicaba a dos o tres niños a la vez, los que estuvieran hablando en ese momento o interrumpiendo la actividad que se estaba realizando, y lo cierto es que muchas veces no les interesaba o estaba mal organizada y por ese motivo se distraían. Observamos de esta forma como se pierde la efectividad, y así con el resto de técnicas. En un principio no están mal planteadas, pero la manera en que se aplican es lo que hace que sean inútiles y en muchos casos que se conviertan en contraproducentes. Considero que se han de aplicar en situaciones muy puntuales y no funcionando con ellas. Tienen que cumplirse las condiciones necesarias para que la técnica sea efectiva y tenerlas siempre muy presentes, nunca improvisar.

En el aprendizaje social o vicario encontramos el siguiente principio: si las consecuencias de la conducta del alumno son recompensantes influirán en la repetición de esta conducta en el futuro, mientras que si son experimentadas como desagradables la conducta tendrá menos probabilidad de volverse a repetir. En este apartado del tema me ha llamado especialmente la atención la lectura titulada “El niño y la ciencia”. Comparto las ideas expuestas en la misma ya que considero que a los niños no hay que darles respuestas, sino dejar que lleguen a su propio aprendizaje. Para ello, y tal y como he mencionado con anterioridad, será fundamental partir de sus conocimientos previos y aprovechar sus curiosidades. Hay muchos momentos en los que al realizar lecturas como esta, siento cierto grado de frustración, ya que pienso en la cantidad de conocimientos, habilidades y aprendizajes que podía haber adquirido a lo largo de toda mi escolarización si la metodología empleada hubiera sido otra… por ello me esfuerzo en comprender y reflexionar todas y cada una de las lecturas que se nos ofrecen, ya que considero que los maestros tienen una gran responsabilidad y más en los primeros años de vida de los niños. Pienso que debe primar la cantidad a la calidad, que los aprendizajes han de ser lentos, la educación lenta en la que lo importante no es acabar un temario, sino la reflexión y el aprendizaje de todos y cada uno de los conocimientos que se presentan. En la actualidad se aprende todo de nada, y el papel del profesor es fundamental para que esto no suceda, ofreciendo ayudas puntuales y teniendo en cuenta los pequeños pero necesarios desequilibrios de los niños.

Los modelos cognitivos conciben al niño como el protagonista de su aprendizaje y nos hablan de un proceso de investigación-acción continuo por parte del maestro.
A continuación analizaré el modelo de Piaget. Este se centró en la génesis de la inteligencia, y nos habla de una serie de funciones básicas: organización, adaptación, asimilación, acomodación y equilibración entre estas dos últimas. Hay ocasiones en las que los maestros transmiten a los niños conocimientos erróneos o que ni ellos mismos entienden. Estos se clavan en ellos como conocimientos muy consolidados y cuando un maestro diferente se los vuelve a explicar de manera adecuada, no logran modificar lo que habían aprendido con anterioridad. De ahí la importancia de que los maestros no tenemos que dar las cosas por sabidas cuando en realidad no sabemos nada, ser humildes y si no sabemos algún concepto que se está trabajando no dar una respuesta equivocada, sino saber asumir que desconocemos el tema en cuestión y formarnos al respecto. En determinados momentos, los maestros parece que tienen miedo de reconocer que no saben algo y tienen la necesidad de dar respuesta a todo. Esto es lo que se ha de evitar para que de esta forma, los niños no se creen unos esquemas cerrados que impidan asimilar los conceptos de una forma adecuada. Nunca se deja de aprender y esto es una creencia que debería ser compartida y aceptada por todo el profesorado. Piaget nos habla además del egocentrismo, es decir, de la dificultad que tienen los niños de ponerse en la perspectiva del otro. Lo que tenemos que hacer como docentes es ayudarles a que poco a poco vayan saliendo de este egocentrismo. En mi opinión, una buena estrategia es trabajando las habilidades sociales, teniendo en cuenta la edad de los niños y adecuando las actividades y contenidos de las mismas a esta. No es una tarea fácil pero se tiene que tener en cuenta para un adecuado desarrollo del niño.